Pues bien, tengo miedo.
Pero aveces, el miedo no es el típico que queda tras ver un película de terror, o el de notar alguien cerca por la noche que no sabes quién es, o el de... No. A veces, el miedo, es por algo a lo que, le pones todas tus ilusiones, y te da miedo que se debilite, vaya mal, se olvide, se rompa. Sí, porque no entiendes muchas cosas, muy pocas, y a lo mejor ella lo ve de una manera distinta, a lo mejor tienes otra idea. Porque ¿Qué es lo qué pasa? ¿Qué es eso que va mal?
No sé, pero hay un miedo, distinto, que te entra a que las cosas salgan mal. No temes por nada más que por tus sentimientos, pero es que, resulta, que ese nada más, lo sentimientos, son los que te hacen que el miedo aumente. Y piensas, y te comes la cabeza, y claro, estás lejos, no puedes hacer nada, y justo por eso, te entra impotencia; ¿Qué puedes hacer?
Tienes miedo, y hasta se pasa mal, e intentas olvidarte y no pensar; Y sí, lo consigues, pero al rato otra vez, y te hartas, y en un momento pasas de todo, y al siguiente todo te importa. Te pones en diez mil situaciones, que si esto, que si lo otro, que si ha podido pasar aquello, con tal persona, en tal sitio... Y algo dentro de ti se enciende y te susurra, confía, sólo confía, y sonríes desganado; Ya lo hago, te respondes a ti mismo, pero por eso, si confío, ¿Por qué sigo teniendo miedo? ¿Por qué sigo viendo cosas de las que puedo montarme ochocientas películas, y ninguna buena?
Shh, confía, confía,...
¡Pero que ya confío joder! Pero no es cuestión de confianza, y menos por ella, es por los demás, por situaciones, por errores, por cosas que pueden pasar. Y sí estoy de acuerdo, yo también puedo sufrir alguna de esas situaciones, pero parece que es distinto, no sé... confío en mi.