viernes, 10 de agosto de 2012

Llámalo adrenalina.

Estoy a seiscientos treinta y cuatro metros sobre el suelo. Elevado, en lo más alto. Aquí arriba el viento sopla diferente, con más fuerza. Ruge, sus rugidos silban en tus oídos y sientes un imponente escalofrío. Es una sensación límite,  eso de estar a un paso de descender de la torre más alta del mundo hasta el infinito vacío. ¿Esas manchas, esas pequeñas gotas moviéndose como hormigas sois vosotros? Díos mío, desde aquí arriba es todo tan pequeño, y yo me siento tan grande...
Siento que si saltara podría echar a volar, que abriendo los brazos planearía como un pájaro, como un avión, que podría llegar a la otra punta de la ciudad de un salto.
 ¿Sabes? Aquí arriba olvidas todo lo que te ocurre allí abajo. Olvidas los problemas, las preocupaciones, las noches en vela y los días que nada más empiezan quieres que acaben. Desde mi horizontal sólo veo el cielo, y me siento en las nubes. Así, como un soplo de aire fresco, como una bocanada de libertad, no estoy preso a nada y nada está preso en mi.
Creo que voy a hacerlo, creo que voy a cruzar la línea. Creo que voy sentir como es pisar el vacío, como es andar por el aire, estoy decidido, no quiero que nadie me pare y que nadie se preocupe por mi en este camino a la eternidad. He subido sólo y ya que estoy arriba no necesito ayuda de nadie más que de mi mismo.
Hay algo de niebla, pero es por la altura. Noto la presión en los oídos y esa sensación de que me falta un poquito de aire. Cada vez que bajo la mirada y veo el precipicio al que están mis pies, se acelera mi corazón. Ir hacia atrás no tendría sentido después de todo lo pasado para llegar hasta allí.Sólo tengo que ir hacia adelante, dar el último paso. Voces en mi cabeza me lo piden, pero sin embargo hay otras que me intentan parar. ¿Por qué no queréis que de ese último paso? ¿Por qué me frenáis justo cuando estoy a punto de conseguirlo? Constantes vitales subiendo. Es gracioso porque mientras me peleo conmigo mismo el viento me empuja hacia el vacío, y es irónico, que justo cuando estás a punto de caer, es cuando todo tu valor para hacerlo se desvanece y es cuando quieres volver atrás. Retroceder. Pero ya es tarde, ¿no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario