miércoles, 10 de agosto de 2011

Un día con ella

¿Has pensado alguna vez, lo que sería un día junto a esa persona a la que quieres? Estoy seguro de que sí.
Te despertarías, y no verías un hueco vacío a tu lado, la verías a ella. Quizás, aún dormida. Sonreirías al verla, y tu cara mostraría mucha ternura. La abrazarías por última vez antes de despertarte, y te quedaría con aquel momento unos minutos más. Decidirías por levantarte, con cuidado, para no despertarla, e irías a ducharte, vestirte, afeitarte,.. lo que tuvieses que hacer.
Quizás, estarías saliendo de la ducha, enrollado en la toalla cuando ella abriese los ojos. Tú le darías los buenos días con una gran sonrisa, y ella te respondería de igual manera. Te vestirías e irías a desayunar. Un zumo de naranja y una tostada, o un café. Esperarías a que ella bajase para tomároslo juntos. Al acabar os iríais a trabajar. La llevarías en coche, y la recogerías a la hora de comer.
¿Un chino? No, hoy no apetece un chino. Quizás a un restaurante de pasta, o al bar de ese amigo que te pone una tapa enorme junto a una caña. almorzaríais y volveríais a casa. Una siesta corta, y de pie de nuevo.
Ver la tele, escuchar música, salir, tener la tarde libre. Ese día no te importaba nada de lo que no hicieses con ella. Ese día, ese día que ahora mismo fluye en tu imaginación, va a ser tal y como tú lo desees, sin realismo, a veces, es bueno soñar, pensar cosas que quizás sabes que no van a salir tal y como lo deseas. Mirarla como la primera vez, besarla como la última, o cogerla de la mano sabiendo que no se va a alejar de ti, aquella tarde es vuestra, de los dos. Hazla reír, que se ría, que disfrute, que sea inolvidable ese momento, por tonto que sea. Llévala al cine, al atardecer, a aquel rincón perdido, a dónde quiera, donde el tiempo se quede parado por un momento.
Después, vuelve a casa. Una barbacoa con los amigos, o simplemente, descansar. Sentarte, quitarte los zapatos, hacer cualquier tontería y quedarse en la tele, viendo una de esas series con capítulos repetidos que echan por las noches, ya sabes que ocurre pero da igual, no importa, estás con ella, haz unas palomitas, y coge dos bebidas. Cuando no os apetezca estar ahí, sal al patio, y mirad las estrellas. Esa noche estarán preciosas, aunque quizás la más bonita es la que esté justo a tu lado. Sí, ponte romántico, ésto está pasando en tu cabeza, y nadie te va a acusar de ñoña, o bobo. Montar historias en tu cabeza es gratis.
Bésala con la brisa de la noche, o tírala a la piscina cuando menos se lo espere. Después volvéis a vuestra habitación, dejáis la ventana abierta, para que el olor a mar entre por ella, y te acuestas, tal y como te despertaste  abrazándola.

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