Apoyo mi cabeza lentamente sobre la almohada, apago la luz y me quedo mirando el techo. Cada noche, el techo está ahí, mirándome fijamente, y yo a él. Empiezo a pensar en mis cosas, con la mirada perdida ya, doy mil vueltas en la cama, y acaricio de vez en cuando las sábanas de forma automática según en lo que esté pensando. Me doy una vuelta más y mi mirada se detiene en la ventana abierta, mirando la luna, y entonces es cuando uno tiende a escapar lo que quiso decir y no dijo, lo que pensó y se calló, lo que haría y lo que termino haciendo...
La luna, siempre está ahí arriba, y no sólo para mí, sino para todo el mundo. Con ella comparto todos esos pensamientos que quizás nunca saldrán de mi mente, todos esas cosas que siento y he sentido, todo...
Sin hacer sonar mi voz hablo con ella, y prefiero las bombillas apagadas y la luna encendida.
Querida Luna: Hoy, como las anteriores noches, voy a volver a contarte todas esas cosas, pensamientos, que tengo y no sé expresar, o no puedo contar a personas, aunque sean de mucha confianza, y como tú, cada noche hasta las nubladas estás aquí arriba, voy a volver a desahogarme contigo.
Te podría aburrir con problemas, sinceramente, te podría aburrir una noche más con arrepentimiento, por hacer aquello que no debí hacer,por haber tenido que hacer otra cosa en el momento indicado. Te podría aburrir con rabia y enfado, la que siento por personas y situaciones... Pero también te podría aburrir hablándote de ella, su sonrisa, su mirada, sus gestos, te podría aburrir contándote buenos ratos que he vivido, contándote que yo un día también soñé y sigo esperando a que el sueño se cumpla, contándote que no me faltan sonrisas hasta en los peores momentos y personas capaces de hacerme sonreír.
Así es luna, estás ahí y te lo agradezco, porque sin duda y sin quererlo, tú guardas todos mis secretos que sé que nunca podrás revelar, estarás ahí, persistente y sin cambiar nunca tu cara, dispuesta a oírme noche tras noche. Pero querida luna, ¿hoy? hoy voy a dormir.
Sin hacer sonar mi voz hablo con ella, y prefiero las bombillas apagadas y la luna encendida.
Querida Luna: Hoy, como las anteriores noches, voy a volver a contarte todas esas cosas, pensamientos, que tengo y no sé expresar, o no puedo contar a personas, aunque sean de mucha confianza, y como tú, cada noche hasta las nubladas estás aquí arriba, voy a volver a desahogarme contigo.
Te podría aburrir con problemas, sinceramente, te podría aburrir una noche más con arrepentimiento, por hacer aquello que no debí hacer,por haber tenido que hacer otra cosa en el momento indicado. Te podría aburrir con rabia y enfado, la que siento por personas y situaciones... Pero también te podría aburrir hablándote de ella, su sonrisa, su mirada, sus gestos, te podría aburrir contándote buenos ratos que he vivido, contándote que yo un día también soñé y sigo esperando a que el sueño se cumpla, contándote que no me faltan sonrisas hasta en los peores momentos y personas capaces de hacerme sonreír.
Así es luna, estás ahí y te lo agradezco, porque sin duda y sin quererlo, tú guardas todos mis secretos que sé que nunca podrás revelar, estarás ahí, persistente y sin cambiar nunca tu cara, dispuesta a oírme noche tras noche. Pero querida luna, ¿hoy? hoy voy a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario