Así es, después de unas semanas de confusión, decidí olvidarte, decidí no volver a pensar en lo que pudo pasar o en lo que hubiese pasado si.... Nada, te iba a olvidar.
Me levanté, me duché, me viste... Fui a mi cuarto y abrí ese cuaderno en el cuál tu nombre estaba escrito a lápiz en cada una de las páginas. Arranqué todas las páginas, las arrugué con rabia y las tiré a la papelera. Me sentí bien al hacerlo, y para mi fue un gran paso. Vi sobre el escritorio esa foto, esa foto que un día significó algo más que un simple trozo de papel plastificado... La vi por última vez, y al echarle una última ojeada la rompí en pedazos y la tiré junto con las páginas del cuaderno. Borré cada uno de los mensajes que te mandé y que me mandaste, borré un te quiero que tenía escondido en un trocito de mi corazón, e incluso quemé esa inicial tuya que tenía grabada en mi mente.
Estuve toda la tarde fuera, alejado de ti, para olvidarme por completo de esos momentos que viví contigo.
llegué por la noche, estuve un rato tocando hasta que me entro sueño y dormí plácidamente.
Al día siguiente, con la cabeza bien alta, y con una sonrisa entré por esa puerta en la que estabas tú todos los días. Te miré, me miraste, mi sonrisa despareció, y mi corazón,.. mi corazón volvió a escribir te quiero, tu inicial vino a mi mente automáticamente. Bajé la cabeza y pasé por tu lado, y mientras lo hacía, sentí un cosquilleo que me recorrió el cuerpo. Escuché mientras me alejaba como te reías, vi tus gestos, esos malditos gestos que se quedan en mi cabeza y me hacen después recordarte y recordarte...
Llegué a mi casa y nada más hacerlo me tumbé en la cama. cogí el cuaderno y escribí tu nombre, recogí tu foto echa pedazos y lentamente la fui reconstruyendo, pegando cada trozo. Creo que estaba volviéndome loco por esta situación, incluso creía escuchar como me llamabas, por mi nombre,... e incluso creí escuchar un te quiero... no podía ser, me quedé tumbado, ni pensé en mirar si de verdad estabas ahí afuera llamándome de verdad, cerré los ojos e hice lo posible para no escuchar dentro de mi tu voz...Pero seguía escuchándola. Me levanté y con los ojos cerrados grité a mi cabeza, o a lo que no me dejaba oír nada más que tú voz: Déjame en paz. Cerré la ventana y me escondí bajo la almohada.
Al día siguiente llegué, y tú estabas sentada, apartada de todos, sin reírte como solías...
- ¿Qué le pasa?
- Pués si no lo sabes tú...
- ¿Cómo?
- Me han comentado que ayer fue a tu casa, te estuvo llamando por tu nombre varias veces, e incluso te gritó que te quería, pero se marchó entre lágrimas al ver como tú con los ojos cerrados le dijistes déjame en paz, y cerrastes la ventana.
De camino a casa me encontre mi foto echa pedazos, y unas cuantás hojas con mi nombre esparcidas por toda la calle.
llegué por la noche, estuve un rato tocando hasta que me entro sueño y dormí plácidamente.
Al día siguiente, con la cabeza bien alta, y con una sonrisa entré por esa puerta en la que estabas tú todos los días. Te miré, me miraste, mi sonrisa despareció, y mi corazón,.. mi corazón volvió a escribir te quiero, tu inicial vino a mi mente automáticamente. Bajé la cabeza y pasé por tu lado, y mientras lo hacía, sentí un cosquilleo que me recorrió el cuerpo. Escuché mientras me alejaba como te reías, vi tus gestos, esos malditos gestos que se quedan en mi cabeza y me hacen después recordarte y recordarte...
Llegué a mi casa y nada más hacerlo me tumbé en la cama. cogí el cuaderno y escribí tu nombre, recogí tu foto echa pedazos y lentamente la fui reconstruyendo, pegando cada trozo. Creo que estaba volviéndome loco por esta situación, incluso creía escuchar como me llamabas, por mi nombre,... e incluso creí escuchar un te quiero... no podía ser, me quedé tumbado, ni pensé en mirar si de verdad estabas ahí afuera llamándome de verdad, cerré los ojos e hice lo posible para no escuchar dentro de mi tu voz...Pero seguía escuchándola. Me levanté y con los ojos cerrados grité a mi cabeza, o a lo que no me dejaba oír nada más que tú voz: Déjame en paz. Cerré la ventana y me escondí bajo la almohada.
Al día siguiente llegué, y tú estabas sentada, apartada de todos, sin reírte como solías...
- ¿Qué le pasa?
- Pués si no lo sabes tú...
- ¿Cómo?
- Me han comentado que ayer fue a tu casa, te estuvo llamando por tu nombre varias veces, e incluso te gritó que te quería, pero se marchó entre lágrimas al ver como tú con los ojos cerrados le dijistes déjame en paz, y cerrastes la ventana.
De camino a casa me encontre mi foto echa pedazos, y unas cuantás hojas con mi nombre esparcidas por toda la calle.
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