Sí, grita. Grita fuerte que te escuche todo el mundo. Que tu voz se quede guardada en los oídos de la gente. Grita,de desesperación, de rabia, de tristeza, grita de alegría de amor de éxtasis. Grita y que en ese grito dejes escapar todo lo que tienes dentro, quédate vacío, sin nada que esconder, sin nada en lo que pensar, quédate en blanco. Sin preocupaciones, sin miedos ni retos, ni luchas ni nada, eres libre, y todo tu interior esta ahora en ese grito, volando por las calles, entra por la ventana de las casas y sale por las chimeneas.
Ahora quédate en silencio, después de gritar quédate en calma, bájate de la azotea y cierra los ojos. No intentes abrirlos, relájate, mira en el horizonte de ti mismo. ¿Dónde está el odio? ¿El rencor? ¿la tristeza? ¿las preocupaciones? ¿tus metas, tus objetivos tus recuerdos? Ahora mismo todos están volando, aireándose, sin rumbo fijo, perdidos. Abre los ojos, todo vuelve a ti.
Ahora tu rencor entra en ti sin decirte los buenos días. Tus preocupaciones no han preguntado por ti. Tu desesperación no te ha hecho estar borde, ni golpear tontamente la mesa de tu cuarto. Tus recuerdos se están aposentando de nuevo en tu cabeza mientras tú, respiras profundamente, y sonríes, sí, sonríes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario