Sí, las personas lloramos, lloramos cuando algo sale mal, como escusa, lloramos para desahogarnos, para intentar cubrir nuestros ojos y volverlos nublos, para no seguir viendo aquello que nos hace daño. Lloramos, no por que nuestras mejillas necesitan el paso de una gota fría, sino porque también nuestro corazón necesita derramar parte de las cosas que ve, porque le sobran, porque rebosan ese vaso que está siempre llenándose de aquello que nos hace repugnar a alguien o a algo, que nos hace odiar y que también nos hace echar de menos a las personas, a las cosas, a situaciones, a momentos a sentimientos... Sí, todos lloramos, desde el más valiente, hasta aquel que vemos como una piedra, ese también, aquel que se mira en el espejo, y ve como su reflejo se turbia por una lágrima, y después viene otra, y otra y termina apartando la mirada, sin querer verse a sí mismo así...
Porque es cierto, lloramos, por una canción que te recuerda a alguien que no está, por recordar momentos que no se repetirán, y por... Sí, y por alegría también.
Esas lágrimas que nos sale sin querer cuando conseguimos algo después de muchísimo esfuerzo, esas lágrimas de superación, esas lágrimas al ver a esa persona después de mucho tiempo, esas lágrimas por que las cosas van a cambiar a mejor,.. Esas lágrimas cuando nos reímos a reventar..
Y así es, reímos. Ésta es la otra cara, en la que reímos, en la que sin quererlo soltamos esa típica risa de tonto, o nos enganchamos en una eterna carcajada que nos hace ver el lado bueno de las cosas.
Esa típica sonrisa, que tenemos al levantarnos, y ver al lado tuya a la persona con la que quieres despertarte. Esa sonrisa cuando otras sonríen, esa sonrisa contagiosa, que le da a personas y se va trasladando a la de todas las de su alrededor.
Y por esto, el nombre del blog, porque nosotros, todos nosotros tenemos mil motivos para llorar, y otros tanto para reír,..
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